
¡Enhorabuena! Si estás leyendo esto, es muy probable que tengas un bebé en casa (o estés a punto de conocerlo). Empieza una etapa emocionante, llena de descubrimientos, miradas curiosas y pequeñas manos que quieren tocarlo todo.
Y sí, llega también el momento de elegir los primeros juguetes Montessori para bebés. Pero no cualquier juguete: los que realmente acompañen su desarrollo de forma respetuosa, segura y sin sobreestimulación. Aquí es donde entran en juego los juguetes Montessori.
Un poco de historia: ¿quién fue María Montessori?
Detrás de estos juguetes tan sencillos y bonitos hay una historia fascinante. María Montessori fue una de las primeras mujeres médicas en Italia, allá por el año 1896. Pero no solo eso: fue una revolucionaria de la educación.
Mientras trabajaba con niños con necesidades especiales, se dio cuenta de algo muy importante: todos los niños aprenden mejor cuando pueden tocar, moverse y explorar por sí mismos. A partir de ahí, desarrolló un método educativo basado en la libertad con límites, el respeto al ritmo del niño y el aprendizaje a través de materiales concretos.
Hoy, más de 100 años después, su método sigue presente en miles de escuelas y hogares de todo el mundo. Y los juguetes que llevan su nombre no son una moda: son una extensión natural de su visión de la infancia.

¿Por qué Montessori desde tan pequeños?
El método Montessori no es solo para niños en edad escolar. Desde los primeros meses, los bebés tienen una capacidad increíble de aprender a través del tacto, el movimiento y la observación. Los juguetes Montessori para bebés están diseñados justo para eso: para estimular sin invadir, para acompañar sin dirigir.
Están hechos con materiales naturales, invitan a la exploración libre y se adaptan al ritmo de cada bebé. Son simples, pero profundamente ricos.

Juguetes Montessori para bebés de 6 a 12 meses
Te cuento nuestra experiencia con los juguetes Montessori para bebés… Nosotros hemos comprado varios de estos juguetes, tanto para que mi hija jugara en casa como para regalarlos a amigos con bebés de la misma edad.
Y la verdad, han sido todo un acierto.
Son juguetes que no abruman, no hacen ruido, no parpadean… pero enganchan. Los bebés los tocan, los repiten, los exploran y vuelven a ellos una y otra vez. Y lo mejor: ves cómo, poco a poco, van ganando seguridad, coordinación y autonomía sin necesidad de pantallas ni juguetes que lo hacen todo por ellos.
Aquí te dejo una selección con los que más hemos usado y que realmente respetan el enfoque Montessori:
Huevo y copa de madera
Un clásico entre los juguetes Montessori para bebés. Al principio lo miran, lo tocan, lo sacan y lo tiran. Pero después empiezan a intentar encajarlo… y cuando lo logran, ¡no hay quien se lo quite!
No es exactamente el que usábamos nosotros, pero no he conseguido encontrar el mismo. Este de Amazon es el más parecido que he visto, así que os lo dejo por aquí. De todas formas, también se puede usar una alternativa casera: basta con cocer un huevo (¡crudo no, que puede ser peligroso!) y utilizarlo como juguete.


Caja de permanencia con bandeja
Una de nuestras favoritas. Es perfecta para cuando el bebé empieza a entender que aunque no vea algo… ¡sigue ahí! Mi hija se reía sola al ver cómo la pelota “desaparecía” y volvía a salir.
Nosotros habíamos cogido esta caja de permanencia porque nos parecía mucho más completa. No solo tiene la clásica bola que desaparece y reaparece (que a los peques les encanta), sino que además incluye actividades de clasificación por formas y colores, descubrimiento de piezas geométricas, juego simbólico con zanahorias y frutas, y ejercicios de motricidad fina y coordinación ojo-mano.
Vamos, que es bastante más versátil y se puede usar durante más tiempo.
Pero si prefieres empezar con algo más sencillo, también te dejo una opción más básica.


Y si lo que buscas es la versión más sencilla y tradicional, esta caja Montessori es ideal. Solo tiene una ranura y un disco para insertar, perfecta para bebés más pequeños que están empezando a explorar.
Nos parece genial para trabajar la permanencia del objeto sin distracciones, muy centrado en lo esencial del método Montessori.


Sonajero de madera
Tuvimos varios, pero el de madera natural fue el que más le gustó. Es suave, hace un sonido real (nada chillón) y es muy fácil de agarrar con sus manitas.
Estas maracas de madera nos encantaron porque son súper sencillas: sin luces, sin ruidos estridentes… justo lo que buscábamos. Están hechas 100% de madera, suaves al tacto y cómodas para que los peques las agarren sin problema.
Lo mejor es que suenan suave y ayudan al bebé a explorar el sonido de forma natural, sin sobreestimulación. Y mientras juegan, también están trabajando la coordinación y fortaleciendo sus manitas. Una opción simple, bonita y muy en la línea Montessori.


Caja de cerraduras
Este lo usamos más cuando ya tenía cerca del año, pero le encantaba. Se podía pasar ratos abriendo y cerrando, probando qué encajaba en cada sitio. Lo que más nos gustaba es que, sin darnos cuenta, estaba desarrollando su concentración, la coordinación de sus manos y la lógica para entender cómo funcionaban las cerraduras.
También lo regalamos a unos amigos… ¡y fue un éxito total! Ver cómo sus peques se entretenían igual que el nuestro nos confirmó que habíamos acertado con este juguete.
Nosotros tenemos la de Melissa & Doug, que no es precisamente sencilla ni muy Montessori (porque tiene muchos colores, detalles y cosas que distraen), pero nos gustó mucho igualmente. Al final, lo importante es que despertaba su curiosidad y lo mantenía enfocado, que es lo que buscamos todos.
La otra opción que habíamos mirado —la que te dejo justo debajo— nos parecía preciosa, mucho más minimalista y fiel al método Montessori, con ese diseño limpio y natural que tanto nos gusta… pero se nos iba de presupuesto en ese momento.


La versión más fiel al estilo Montessori
Esta caja es mucho más sencilla, con menos estímulos visuales y un diseño limpio, justo lo que suele buscarse en los materiales Montessori. Es preciosa y muy completa, pero también bastante más cara… así que en nuestro caso se quedó en la lista de deseos.


Puzzle de una sola pieza
Este rompecabezas fue uno de los primeros que usamos, y la verdad es que es perfecto para empezar. Tiene solo tres formas básicas: círculo, triángulo y cuadrado, cada una con su color, y con las perillas grandes que ayudan muchísimo a que los peques puedan agarrarlas con facilidad.
Es un juguete súper sencillo, pero muy efectivo. Les ayuda a coordinar mejor sus manos con lo que ven, a mejorar la precisión al colocar las piezas y, casi sin darse cuenta, van diferenciando formas y colores. Lo usábamos muchísimo en esa etapa en la que todo es descubrir y tocar.


Cesta de los tesoros
Esta fue, sin duda, la opción más económica… y de las más útiles que hemos probado. Lo mejor es que ni siquiera hace falta comprar nada. Nosotros cogimos cosas que teníamos por casa: una pelota blandita de tela, un cepillo de bebé, unas llaves de madera, un pañuelo, una cucharita pequeña, un tapón de corcho… Vamos, cualquier cosa que fuera segura y que le llamara la atención por su forma, textura o sonido.
Con esta cesta se lo pasaba en grande. La tocaba, la tiraba, la mordía… y mientras tanto estaba desarrollando mil cosas sin que nadie se lo enseñara: el tacto, la coordinación al agarrar, la curiosidad de explorar por su cuenta.
Y lo mejor de todo es que eran objetos reales, no juguetes de plástico con luces. Eso le daba aún más sentido.
Una idea súper simple, bonita y que puedes montar en cinco minutos con cosas que seguro tienes por casa.

Mini jarras para verter
Cuando ya era un poco más mayor, empezamos a dejarle verter agua entre dos tazas pequeñas. Mojaba todo, sí… pero también aprendió a controlar sus manos, a concentrarse y a hacerlo cada vez con más cuidado.
Lo más bonito era verla tan metida en lo suyo, totalmente enfocada. Tenías que parar lo que estuvieras haciendo solo para mirarla.

Al final, no se trata de tener todos los materiales perfectos ni de seguir una guía al pie de la letra. Se trata de observar a tu peque, de ofrecerle cositas reales, seguras y que despierten su curiosidad.
Muchos de los juguetes Montessori para bebés se pueden imitar en casa con objetos cotidianos, sin gastar de más.
Y si además te ahorras dinero usando lo que ya tienes por casa, mejor todavía.
Lo importante es que disfruten, que exploren a su ritmo y que tú estés ahí para acompañarlos. Porque a veces, lo más sencillo… es justo lo que más les aporta.
Y si te apetece seguir estimulando a tu peque de forma divertida, aquí te dejo algunas ideas de libros para colorear pensados para los más pequeños. ¡Les encantan!
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